El presidente electo Mauricio Funes rompió la discreción con la que había tratado la herencia económica de la gestión de Antonio Saca. Habló de una “grave situación fiscal” y su futuro secretario técnico, Alexander Segovia, incluso advirtió el peligro de una “parálisis de Estado” por iliquidez.
“Estamos en una situación muy crítica”, señaló el próximo secretario técnico de la presidencia, Alexander Segovia, cuando este martes, junto al presidente electo, Mauricio Funes, construyeron una imagen de las finanzas públicas que parece al borde del precipicio, en la que el Estado salvadoreño apenas tiene resueltas sus más urgentes necesidades de sobrevivencia, como el pago de salarios.
El presidente electo bajó el tono de la gravedad pintada en el escenario de Segovia y dijo que ya tienen medidas terminadas que anunciará el 1 de junio próximo, cuando asuma la presidencia de la República. “Vamos a heredar un gobierno con serias dificultades financieras, un gobierno desfinanciado, no es cierto que con los decretos que se aprobaron en la Asamblea vamos heredar un gobierno para cumplir nuestras promesas, tenemos que hacer un esfuerzo adicional para conseguir nuevos recursos y esas serán las medidas que anunciare en el primero de junio”, dijo, sin adelantar una sola.
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